La inestabilidad en Venezuela alcanza niveles jamás vistos, está al límite y los descontentos se manifiestan con saqueos y protestas en varias partes del país Ante lo cual Nicolás Maduro, qué está cada vez más alejado de la línea de la democracia, ha decidido meter la mano de manera directa en el bolsillo de las empresas privadas en Venezuela con el fin de garantizar sus a reducidos programas sociales y también crear una ilusión de que todo está bien en el país cuando en verdad el país entero está fuera de control.
Desde inicio del mes de abril estaba claro que venía una arremetida en contra de las empresas polar, qué es la principal compañía privada en Venezuela. Esta arremetida quedo finalmente encubierta bajo la justificación de la lucha contra la especulación punto la medida también alcanzó a Plume Rose de Venezuela y al consorcio oleaginoso portuguesa COPOSA.
Este ha sido un fuerte golpe de parte del régimen de Nicolás Maduro para demostrar qué tiene control y también para decirle al país, aunque con estas medidas drásticas se va a evitar que suba la inflación y se va a garantizar oferta en los alimentos, discurso que es fácil para los venezolanos y que solo vaticina lo peor, que se va a producir una carrera de alza de los precios y se va a poner peor la escasez.
Un hecho claro es que a pocas horas de que los funcionarios del de Nicolás Maduro procedieron a intervenir las empresas del sector agroalimentario y aseguran que iba a existir un control de la venta de los productos por parte del Estado coma las largas colas en los supermercados se incrementaron, por el temor de la gente deje los productos desaparezcan pronto del mercado. Así también cómo usar las ventas de manera limitada por persona.
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para con industria la Confederación de Venezuela de industriales,
estas recientes acciones de Nicolás Maduro son un claro atentado en contra de
la seguridad de alimentación de millones de venezolanos. La arremetida en este
momento no augura nada bueno.
Al inicio del proceso de cuarentena a mediados de marzo en Venezuela
el régimen de Maduro estableció que iba a escuchar sector privado para buscar
las opciones a los fines de compensar el impacto de la crisis y también
garantizar el Abastecimiento. Sin embargo, estas peticiones que fueron hechas
por el empresariado fueron totalmente desoídas.
Por el contrario, el sector quedó afectado por la crisis que se dio a
nivel general en las actividades impuestas en Venezuela para contener la
pandemia, sin acceso a crédito, pon las mismas cargas impositivas y también sin
que se pudiera garantizar lo mínimo a sostenerse cómo son la electricidad, agua
y combustibles.
Y como si fuera poco, a pesar de estos factores que definitivamente
agravan las condiciones de operaciones de un sector privado que está destruido
luego de 6 años de recesión, las autoridades tomaron la decisión de retomar la
práctica de financiarse con emisión monetaria dado el desplome que ha existido
de los ingresos, echando gasolina a la hiperinflación.
La principal fuente de ingresos de petizo vuela es el petróleo y
actualmente se está vendiendo por debajo de los 10 dólares por barril, lo que
no solamente no cubre los costos de la producción, sino que no dan margen para
que el régimen de Maduro pueda sostener un esquema de canje de hidrocarburos
por gasolina y alimentos, con y que pudo sostenerse en el año 2019.
La escasez de las divisas coma este elemento y la incertidumbre
añadida por el factor del cómic 19 en un país con un sistema de salud
totalmente destruido, culminó con una escalada de dólares en estas últimas
semanas. Y lo que va del año el dólar ha experimentado una variación 252 por
ciento. La aceleración de los precios ha sido simultánea y se proyecta que la
tasa anual será ahora de 15.000 por ciento.
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